Usos de la toxina en medicina estética

El tratamiento estético más demandado del mundo, es el que ayuda a suavizar las arrugas de expresión.

En las consultas de los médicos estéticos a diario, vemos pacientes que nos piden suavizar pequeñas arrugas que el paso del tiempo ha formado en su rostro, algo que en muchas ocasiones, podemos solucionar con el uso de la toxina botulínica, pero ¿qué es realmente y para qué se utiliza?

La toxina botulínica es un neuromodulador que trata de suavizar los movimientos del músculo sobre el que se aplica la sustancia.

De esta manera, conseguimos relajar los músculos faciales para prevenir la formación de arrugas nuevas y además, conseguir suavizar las arrugas de expresión que ya poseíamos.

Es un tratamiento que solemos aplicar en los siguientes puntos:

  • Frente: líneas de expresión que aparecen al elevar o contraer las cejas.
  • Bunny lines: arrugas que se forman cuando se contrae la nariz.
  • Patas de gallo: líneas alrededor de los ojos que se pronuncian más al sonreír y al entrecerrar la mirada.

Pero, ¿hay más patologías para las que podamos emplear el tratamiento con toxina?

  • Hipertrofia del orbicular: se produce cuando al sonreír se forma un engrosamiento horizontal en los párpados inferiores. Al emplear toxina, conseguimos relajar el músculo para suavizar dicho engrosamiento y dar como resultado una mirada más armoniosa y atractiva.
  • Cuando apretamos los dientes podemos llegar a sufrir un dolor intenso en la zona mandibular, que incluso puede llegar a impedirnos dormir bien. Esta patología se denomina bruxismo y la podemos tratar relajando los músculos de la mandíbula a través de la toxina, para que al suavizar la mordida, no se produzca tensión en la zona, y de esa manera podamos mejorar el sueño, aliviar dolores de cabeza e incluso, dejar de rechinar los dientes para evitar también, el desgaste de la dentadura.
  • El exceso de sudoración es uno de los problemas por los que nuestros pacientes acuden a consulta. Esta patología, puede afectar de manera importante a las personas que la padecen, ya que la hiperhidrosis puede generar mal olor e importantes manchas de sudor en la ropa. Con la toxina, conseguimos inhibir la liberación de acetilcolina que en la unión neuromuscular ocasiona el cese transitorio de la producción de sudor.
  • Cuando al sonreír aparece una desproporción entre el diente y la encía, se denomina sonrisa gingival. Para mejorar este problema estético, podemos utilizar toxina en el músculo elevador del labio superior para evitar la hiperfunción de este músculo, de esta manera, conseguimos enseñar demasiado las encías al sonreír.

En The Cliniq, tenemos un equipo de expertos en el cuidado de nuestros pacientes para ayudarles a encontrar su mejor versión.

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